Reflexiones sobre una TRAVESÍA TRAVESTI / Por Dimarco Carrasco

El travesti, que llega a transformarlo radicalmente, y la mariposa, pueden pintarse a sí mismos, hacer de su cuerpo el soporte de la obra, convertir la emanación del color, los aturdidores arabescos y los tintes incandescentes en un ornamento físico, en una “autoplástica”, aunque esas obras. “indefinidamente repetidas, no pueden evitar una fría e inmutable perfección”. Severo Sarduy, La Simulación.

Es cierto que el travestismo ha sido una práctica usual en la historia de la performance y el teatro, que se ha practicado en famosas obras de cine y, que además es una de las formas más antiguas de representación de las disidencias sexuales. Sin embargo, hoy estamos bajo una avalancha de imágenes que pretenden encajar en las nuevas casillas del mercado, que utiliza la identidad como un nuevo producto del marketing, con el que se incrementan los flujos de caja en la cultura visual dominante.  Bajo esas premisas, resulta interesante preguntarse ¿Se puede distanciar el autor de una obra que aborda sexualidades no normativas, detentando este una posición de poder con la normatividad heterosexual? ¿Qué sucede cuando una obra, que cuestiona y desborda la sexualidad totalitaria, es representada por hombres blancos heterosexuales? Tema que en nuestros días toma especial importancia, debido a la lucha colectiva de las comunidades sexuales históricamente oprimidas, que han levantado sus propias voces, representándose a sí mismas, organizándose para luchar por sus derechos.

El mercado ha coaptado las luchas de la diversidad y eso se ha visto en los últimos años, hombres acusados de acoso sexual contra mujeres interpretando a personajes transgéneros y también mujeres cis dando vida a mujeres trans, ¿Por qué resulta difícil integrar a actrices y creadoras trans en el mundo del arte? ¿Cuáles son las barreras del género en las prácticas escénicas? ¿Se le da un valor al rescate y la elaboración creativa en trabajos escénicos y corporales realizados desde las disidencias sexuales?

La bióloga, actriz y activista estadounidense trans Julia Serano, quien se pregunta sobre la representación trans en su libro Whipping Girl. A Transsexual Woman On Sexism And The Scapegoating Of Feminity (2007):

“La televisión, el cine y los productores de noticias no están satisfechos sólo con mostrar a las mujeres trans con ropa femenina y maquillaje. Más bien, es su intención capturar a las mujeres trans en el acto de pintarse los labios y ponerse vestidos y zapatos de tacón alto, dando así al público la impresión de que la feminidad de la mujer transexual es una máscara, algo artificial, un disfraz”.

Fotografías por Ana Carolina Alba. Imágenes 1-2-3 fueron capturadas el 19 de mayo del 2018, en Sindicato Social y Cultural, ubicado en la calle Maipú 424, Barrio Yungay. La imagen 4 fue tomada el 30 de noviembre del 2018, en Sala Agustín Ciré de la Universidad de Chile, Morandé 750, Santiago.

Es en torno a la importancia de las memorias travestis encarnadas en primera persona, que la colectiva de cabaret travesti Locas, Putas y Brillantes deciden montar la obra Travesía Travesti (2016-2019), como un proyecto nómade y performativo que transita por pasajes y vivencias de la comunidad de mujeres trans. Obra que fue deviniendo en una experimentación teatral, recopilando y entrecruzando distintos artistas y activistas bajo el marco de “ensayos abiertos”, situando su punto de partida desde la metáfora de la travesía como camino incierto, un zigzagueo en la linealidad del relato, como viaje o itinerario que supone alguna clase de riesgo y que se suele relacionar a una aventura. En este sentido, quien inicia una travesía sabe que se expone a situaciones imprevistas, por lo general vinculadas a las condiciones climáticas o al desconocimiento del terreno, o en el caso de las vidas trans, un recorrido que pone en peligro los devenires de las vidas expuestas a la inestabilidad, o propuesto por la colectiva como: “un tránsito que atraviesa y cruza los cuerpos. Un recorrido arduo que deja huella mientras investiga una zona, pues recorre un cuerpo usando el propio” (Residencias NAVE). Según afirma le teórica travesti Argentina, Marle Wayar en su Libro “travesti, una teoría suficientemente buena” (2019), así fue expuesto en sus primeras apariciones, por la colectiva:

 “Un viaje performativo donde el cuerpo atraviesa y cruza superficies para explorar el imaginario travesti, incluyendo temáticas como memoria, violencia de género, sexualidad, los cuerpos dispares y su discriminación, así como también la migración de etnias y culturas” (Revista de Los Jaivas).

Puestas en escena autogestivas y nómades que fueron deambulando por distintas partes de la capital y el país, según afirmó el artista, diseñador teatral y activista por la disidencia sexual, Camilo Saavedra “Maracx Bastardx” : “Luego de las primeras giras, en donde la fiesta se presentaba como el único pago por el espectáculo, fueron tomando conciencia de que era posible construir una narrativa atractiva a partir de sus propias experiencias.” (Saavedra en Entre la niebla, plumas y tacones, Aguirre, Nano.2019.p.59), experimentación performativa que fue tomando forma a través del tránsito biográfico experimentado por sus integrantes, según declaró Maraca Bastardx a revista Clóset:

“La travesía comienza siendo un viaje adolescente de un grupo de travestis que somos amigas íntimas, creo que comienza alrededor del año 2000. De chicas siempre nos sentimos diferentes, en mi caso monstruosa, rara, desencajada y empezamos a hacer diferentes actividades artísticas, desconociendo de alguna forma los lenguajes de la performance, del teatro y de la danza…”

El primer ensayo abierto se realizó en septiembre del 2016, en el Andén de Yungay. Desde aquel día y a lo largo de todo el tránsito de esta obra, su escenario abrió espacio a diferentes disciplinas, performers y artistas. Cuatro amigas de juventud comenzaron este viaje con el objetivo de reencontrar al “quinto elemento” a Solonge Pérez y Cotapos radicada en Schwager, en la octava región.

En aquella gira, luego de distintas diferencias internas en el grupo, Solonge decide no participar, también un tiempo después se retiraría Roberta Parra, diferencias que se repetirían a lo largo de la obra, dando espacio a distintos cameos, como los realizados cuando se presentó travesía travesti el 30 de julio del 2017 en Casa Brandon de Buenos Aires. Siendo invitadxs Soy Vedette y Peter Pank. Diferentes participantes que entran y salen de viaje en viaje, como una suerte de varieté ambulante, según afirmó el coreógrafo y bailarín, Andrés Cárdenas (Madame de Papel): “En toda travesía, en todo viaje, hay cambio. Como la vida está viva, nos pide ir modificándola y nosotros somos sensibles a esa modificación, es precisamente ese concepto al que llamamos ensayo abierto, al ser una travesía cambia constantemente” (entrevista por Dimarco Carrasco, 2017).

Y no solo de arte se ha ido nutriendo la travesía, también de un profundo activismo por las biografías transinvisibilizadas, según asevera Anastasia María Benavente: “Usamos el término travesti, entendiendo que es una categoría instalada por el patriarcado, porque lo travesti representa aquellos cuerpos que no pertenecen al sistema imperante y, por lo tanto, nosotras tomamos esa figura ya desde la discriminación”; en ese mismo sentido, Nicolás Videla, Director, montajista y académico, más conocido como Amnesia Letal, declara una diferenciación enunciativa entre el rescate localizado de una poética-política de  la Travesía Travesti y las prácticas Drag devenidas de los programas de TV, como Rupaul´s Drag Race, según asevera: “son cosas distintas, no veo puntos en común, las políticas y estéticas de la obra intentan escapar del imaginario de travestismo anglosajón, nuestro discurso va por otro lado. El travestismo que ahí se practica es de un corte menos político, es show y ha acaparado muchas luces y perdido mucho de discurso; esta obra se articula desde otros discursos y hay un argumento más allá de lo estético” (Revista Clóset).

La obra nos invita a observar las diferentes violencias que reciben las personas trans, desde la enunciación reflexiva de las voces trans Latinoamericanas como: Diana Sacayan, Lohana Berkins, Marlene Wayar y Claudia Rodríguez, pensadoras que visibilizaron la enunciación travesti desde una encarnación situada. Travesía Travesti cuestiona el mundo de lo público a lo privado de las  relaciones afectivas de las mujeres trans, como se manifiesta en la canción “hacia ti” (música por Sofía Devenir, letra por Anastasia) ,  que comienza con la frase: “Las travestis también buscamos el amor y en esa búsqueda desenfrenada y al doblar la esquina en vez de encontrar el amor, encontramos a un rufián que no duda en darnos una estocada”. Canción que refleja una situación desigual para las mujeres trans de acuerdo a los parámetros y normas sexo-afectivas, dictando quienes están aptas/aptos para ser amados, en qué términos y circunstancias, de acuerdo a los condicionamientos de género del pensamiento amoroso, según se aprecia en la obra en los conflictos de Anastasia María Benavente y Matías Aravena, el Rufián, según afirma el bailarín: “A él le gusta una travesti, pero no los hombres, este personaje está constantemente en conflicto tanto en su entorno y en su intimidad” (Revista Clóset).

La colectiva Locas Putas y Brillantes invaden con preguntas incómodas para abordar la intimidad afectiva, y así, cuestionar la regulación de  los afectos, las emociones y los sentimientos, desanudando los andamiajes políticos que trazan el mundo íntimo, bajo relaciones de poder que censuran y reprimen otras formas de afectividades, según afirma Anastasia para Cultura y tendencias: “El heteroparadigma fue instalado hace siglos durante la colonización y goza de buena salud hasta el día de hoy. Si bien, el feminismo ha movilizado a muchas personas, aún no se puede hablar de una conciencia masiva que logre desarticular el paradigma”.

Fotografías por Ana Carolina Alba. La imagen 1 fue tomada el 30 de noviembre del 2018, en Sala Agustín Ciré de la Universidad de Chile, Morandé 750, Santiago. Las imágenes 2-3-4 fueron capturadas el 19 de mayo del 2018, en Sindicato Social y Cultural, ubicado en la calle Maipú 424, Barrio Yungay.

Epistemologías desobedientes que dan vida al armazón crítico de Travesía Travesti, desde sus cuerpos biográficos, expuestos a la exclusión y la marginación como cuerpos bastardos, extranjeros, travestis, maricas que son resignificados y sacudidos por medio de la crítica mordaz que Maraca bastardx realiza en contra del racismo nacional y sus leyes de extranjería xenófobas y racistas, en una re-interpretación del poema afroperuano de Santa Cruz “Me gritaron Negra”, reflexiones que son base situada de distintas experiencias que se generaron en distintas latitudes por pensadores latinoamericanos, chicanos y afrodescendientes /negros como Frantz Fanón, Walter G. Mignolo, Gloria Anzaldua, Silvia Rivera Cusicanqui, Aníbal Quijano, entre otros quienes han sido base fundamental para el pensamiento decolonial y el movimiento antirracista. Luchas que Saavedra ya antes habría sumado a su performance el 2015 en su acción Me Gritaron Negra, re-articulando un discurso sobre la migración, el racismo y la opresión en Chile, donde caminaba con un traje tropicamp con plátanos y frutas en la cabeza y una gran sonrisa de dientes gigantes, planteando distintas visuales racializadas, según afirmo Saavedra, para revista Clóset:

“Nunca he desarrollado una continuidad visual, más bien elaboro diversos rostros y migraciones corporales, criticando las políticas esencialistas de identidad (lo blanco, lo heterosexual, lo homonormativo). En esa línea de acción desarrollo mi perfo-show más conocida o con más presentaciones a público llamada como el poema, ME GRITARON NEGRA! (…) apuesta de happening sudaca donde trabajo la interseccionalidad (etnia-marica-pobreza) armando una historia local de la infamia, reconstituyendo otros discursos y exponiendo los cuerpos excluidos” .

Saavedra corporaliza un sincretismo cultural local, puesto en contradicción con imaginarios racistas y etnográficos de la caricatura frívola del tropicamp, construida desde la excentricidad de la mirada euroblanca, poniendo la pregunta en el “entre” y los intersticios imaginarios del racismo desde su reverso, situando una estética localizada afro-andina, o como diría la socióloga negra Yos Piña Narvaez, “(…) es importante hacer una distinción identificativa de una práctica política de resistencia  agenciada por cuerpos etnoracializadxs, migrantes, negrxs y posteriormente higenizados y blanqueadxs por discursos académicos” (Piña Yos, No soy queer soy negra, 2017.p.39). En ese sentido, Saavedra abre preguntas políticas sobre los sujetos otros y extrajerizados del cuerpo y el territorio, resignificando la práctica injuriosa situada en torno a la etnia, la racialización, la homofobia, la lesbofobia y  la transfonbia, cuestionando el  Black Facecomo una lectura de imposición norte-sur, de acuerdo aquello, Saavedra se aventuró en un juego de ensayo y error, en la táctica errorista de localización corporal leída desde prácticas de sur a sur, según afirmo Bastadx:

“No somos blancas, no es un pigmento negro sobre una piel blanca, es un pigmento negro sobre una piel mestiza, además en nuestra sangre, territorio corporal, también tiene una ascendencia negra, aquí en chile existió mucha esclavitud negra y china también, que se puede ver en los diferentes elementos de la cultura andina, los pueblos andinos, históricamente se maquillan de negro para los carnavales. Por otro lado, en el sur en la Patagonia, históricamente los Selknam siempre se han maquillado de negro, son prácticas ancestrales territoriales que nos pertenecen, un blanco de Norteamérica no nos puede venir a criticar, es parte de nuestra cultura originaria” (Entrevista de Dimarco Carrasco a Maracx Bastardx, 2020).

Es así, como Saavedra aborda su crítica a través de las simulaciones cosméticas que se vuelven ritual, haciendo visible las injusticias, que provocan la precarización económica y los crímenes de odio en la población trans-travesti en Sudamérica y el caribe, es así, como Maracx Bastardx expone su biografía en resistencia desde el underground, donde ha realizado la acción me gritaron negra, denunciando las marginaciones y violencias que desde la infancia reciben las travestis sudamericanas, que se resisten a la colonización blanqueadora que borra sus memorias y reprime la diferencia, vivencias que son compartidas y cruzadas por el cuerpo biográfico del elenco, según afirmó  Saavedra, para revista Clóset:

“(…) consideramos que esta es una obra autobiográfica, cuando nos dijeron maricones, cuando la sociedad te dice: habla como hombre, muévete como hombre. Precisamente hicimos la Travesía Travesti para desmitificar esos lugares donde el cuerpo pertenece a un género. Creemos que el cuerpo no tiene un género, y las travestis podemos migrar en nuestros propios cuerpos, por eso nos cambiamos cada una de nosotras en escena diez veces de personajes, somos divas rubias, brujas negras, pájaros flacos, gatas gordas, colorines rufianes, dominatrix, travesti. Precisamente para establecer una pregunta respecto a qué lugar ocupa el cuerpo en esta sociedad”.

En la primera década del siglo XXI las migraciones han aumentado dentro de Latinoamérica, incitadas por cambios políticos y económicos, siendo nuevamente las vidas más afectadas en estos procesos, las mujeres trans, quienes obligadas viajan por mejores condiciones de vida. En chile se crea en 2015 la agrupación Luz Clarita, integrada por mujeres trans de Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia, quienes expuestas a la violencia y la discriminación racista y transfóbicas han vivido muertes de compañeras, como el asesinato de la mujer trans ecuatoriana Odalis Parrales en 2016, siendo recordada en Travesía Travesti el 2017 en NAVE, en la interpretación que hicieron Sofía Devenir Y Noelia Le Shalá en la canción Llorona, performance en la que intervienen con historias de distintas mujeres trans asesinadas por crímenes de odio en la primera mitad del siglo XXI en Chile, dando cuenta en palabras de Anastasia María Benavente, para revista Clóset: “Lo que nosotros hacemos en la obra es tomar esa perspectiva interseccional y ponerla de manifiesto a través de la discriminación de clase, de raza, entre otras muchas discriminaciones” .

Genocidios y violaciones que se arrastran desde la invasión realizada por los europeos en Latinoamérica, desplegada como una empresa económica y moral que perpetró en sus procesos de dominación, una eugenesia sexo-cultural llevada a cabo a manos de la iglesia católica mediante la evangelización y la inquisición en el periodo de conquista y colonización. Dominación cultural con un programa de evangelización que cristalizaba su ideología a través de figuraciones que simbolizaron la reestructuración del binarismo de género, como con la virgen, ícono central del marianismo religioso, corriente que fundamentó  los parámetros de sumisión binaria en la mujer, enmascarando las violaciones a indígenas, y siendo parte central del proyecto performativo que buscó instituir la concepción de Estado Nación moderno, en la familia binaria heterosexual como práctica esencialmente reproductiva, en los procesos de conquista perpetrados por Españoles y Portugueses en América Latina.

Fotografías por Ana Carolina Alba. Imágenes 2-3 fueron capturadas el 19 de mayo del 2018, en Sindicato Social y Cultural, ubicado en la calle Maipú 424, Barrio Yungay. Las imágenes 1-4 fueron tomadas el 30 de noviembre del 2018, en Sala Agustín Ciré de la Universidad de Chile, Morandé 750, Santiago.

Como respuesta a aquel repertorio de genocidio cultural, la puesta en escena realizada en Travesía Travesti actúa como una transgresión decolonial. En «Domíname Más» (música por Sofía Devenir, letra por Anastasia María Benavente), canción interpretada por Anastasia donde somete a Maracx Bastardx a un ritual contra-sexual donde su cuerpo es sodomizado por una cruz en un acto de sacrilegio travesti. En ese sentido, la acción de Benavente y Maracx actúa como una subversión a las normas impuestas por la colonización y el estado moderno, convirtiendo la escena en enunciación anticlerical, rito sostenido por la letra de la canción, que afirma: “Domíname con la cruz, domíname con la palabra, domíname con la verdad, domíname más, dame más, domíname más, dame más”, torciendo los códigos coloniales, los denominados sistemas de imágenes coloniales, descritos por Sociólogo Peruano Aníbal Quijano:

“La represión recayó, ante todo, sobre los modos de conocer, de producir conocimiento, de producir perspectivas, imágenes y sistema de imágenes, símbolos, modos de significación; sobre los recursos, patrones e instrumentos de expresión formalizada y objetiva, intelectual o visual” (Quijano Aníbal, Colonialidad y modernidad. 1992. P.12).

Siguiendo a Quijano, Travesía Travesti entrecruza su crítica desde el postporno para descolonizar, por una parte los fundamentos de dominación de la mirada la androcéntrica, falogocéntrica, eurocéntrica y blanca del conocimiento positivista y evolucionista instalados en Latinoamérica por las campañas de evangelización, afirmado que los originarios eran “Salvajes”, “indómitos”, “irracionales”, estableciendo que no tenían alma. Y por otro lado, castigando a todos aquellos que incurrieran en el pecado de sodomía, sustentado bajo las premisas de la Suma Teológica de Santo Tomas de Aquino. En respuesta a más de 500 años de violencia sobre los cuerpos que habitan Abya Yala, Anastasia y Maracx utilizan el propio lugar de injuria y castigo, el ano para desobedecer, según afirmó Anastasia para Goyo Anchou: “Al utilizar la cruz, lo que estamos haciendo es romper con un ícono que ha tenido subyugada por mucho tiempo a la humanidad, entonces yo tomo la cruz de manera invertida, para metérsela por el culo a Maracx Bastardx, para romper con todo lo clerical”. Pasando de las versiones anti-clericales a puestas en escenas cyborg, como la realizada en los Contadores Auditores Awards (2019), prácticas anticoloniales que develan el control biopolítico que domina a la sociedad, hasta la actualidad, según afirmó Andrés Cárdenas para revista Clóset: “(…) La iglesia casi que domina la sociedad y nosotras precisamente queremos en nuestra obra tener un espacio para doblegar las fuerzas sociales que nos manipulan, para dar una señal de que el miedo no es más que una forma de dominación y, ciertamente en esa parte donde pedimos si la gente se siente incómoda que se vaya, mucha gente se ha ido”.

Cabaret Travesía Travesti nos invita a vivir la experiencia envolvente que llevan consigo las transvedettes, en cada gira, dentro  de maletas, como un gran cosmetiquero multimodal que acompaña al espect-actor a través de toda la trama, bailando entre la vida y la muerte, resistiéndose al asesinato por odio o desamor. Colectivo Locas Putas y Brillantes son constructoras de sus propias vidas y escenógrafas de sus aventuras, decoradoras y restauradoras de imaginarios desbastados por el genocidio cultural heterosexual, que detenta con su violencia para borrar todo pasado de las sexualidades periféricas. Maquilladoras y espías bastardas, que sumergidas en la intemperie de la violencia patriarcal, transforman sus cuerpos en dispositivos temporales que activan con sus maquillajes, afeites y vestuarios, en pequeños raccontos que insisten en recordar las voces menores, que insisten en vislumbrar las memorias travestis, posicionando sus voces polifónicas en un espacio trans-escénico móvil que constantemente viaja por la lucha de vivir en paz y dignidad.

Fotografías por Ana Carolina Alba. 30 de noviembre del 2018, en Sala Agustín Ciré de la Universidad de Chile, Morandé 750, Santiago.

Video: Andrés Valenzuela

Texto e investigación: Dimarco Carrasco

Edición: Anastasia María Benavente y Andrés Valenzuela

Dimarco Carrasco

Nacido en la ciudad de Calama, estudió Licenciatura en educación con mención en Historia y geografia (UPV). Posteriormente realizó un Magister en artes visuales con mención en teoría e historia del arte, ha trabajado como director del archivo/centro de documentación profesor Luis Gauthier del movimiento por la diversidad sexual (MUMS), además fue editor en Siempreviva ediciones, y se ha dedicado a la investigación en derechos humanos de la diversidad sexual, memoria y artes visuales. Actualmente acciona desde el colectivo de arte Cultura Errática y se desempeña como crítico cultural y conferencista en charlas, conversatorios sobre historia y sexualidades críticas.

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