Feministas sin dios, ni ley, ni amo / Texto por Nora Muixí
Un año más, las ciudades despiertan y cobran vida en el mundo entero. El 8 de marzo las calles cantan, aúllan y bailan volviéndose espacios de lucha y celebración.
En Valparaíso en el 2018 se atendió a la situación de conjurar las memorias realizada por una manada de mujeres que ubican las cámaras como parte de la puesta en escena para denunciar la devastación, la violencia del extractivismo y las heridas abiertas desde la violencia del exterminio colonial, la violencia torturadora de la dictadura y la represión contemporánea.
Evento performático marica que reunió un centenar de personas en el barrio Lastarria.
Las instituciones nos violan y nos matan; nos follan por la fuerza. Nos examinan transvaginalmente, para cuestionar nuestras sexualidades diversas.
Caso A: Yo pertenezco a la patria como lo patrio me pertenece, por lo tanto soy sujeto de derecho como de obligaciones. Si me instalo en este escenario, que es ciertamente el preferible, el signo, todo signo, es factible de transformación en la esfera de mi subjetividad, en la esfera de mi ensoñación, en la esfera de la metáfora y del arte.
Ha muerto el viejo modo de morir y Cheril lo sabe. Detiene allí, en el gueto vertical del montaje fotográfico esos cuerpos amortajados, para que en algún lugar lloremos el símbolo del cuerpo presente en tránsito a la ausencia.
Ella sacó su pecho, abriendo su sostén maternal y lo arrimó a la boca de José; estaba en silencio mientras succionaba, con lágrimas brotando de sus ojos cerrados. Lo tomó fuerte en sus brazos, entregando la comodidad de su regazo y acariciando su rostro mientras seguía succionando.
Vigilia es un viaje de retorno que recoge sensaciones y estados del cuerpo en cuarentena para volver sobre la casa. Conservar el espacio interior, los objetos. Proteger el espacio amenazado del cuerpo. Hay que cubrirlo todo con las sábanas para curarle a la casa las heridas.