NO CORRESPONDIDA / Fernanda Valenzuela Ríos
Un himno que promete ser territorio prometido, reflejo del “edén”, con cielos azules y campos floridos cual ha sido lavado en sangre. Y las manchas de esta no salen.
Un himno que promete ser territorio prometido, reflejo del “edén”, con cielos azules y campos floridos cual ha sido lavado en sangre. Y las manchas de esta no salen.