La violencia revolucionaria está ligada a la “frustración económica”, es decir, como consecuencia a las condiciones estructurales de miseria” Samuel Cactus.
En estos últimos meses se ha vivenciado un contexto adverso y atávico, donde el pueblo se ha levantado frente a las constantes desigualdades económicas y sociales, haciendo de alguna manera rememorar grandes heridas no sanadas, una constante represión que en una versión desencajada nos retrotrae como sociedad a los episodios más traumáticos que ha vivido el cuerpo social en Chile, producto de una constitución custodiada por entramados políticos que nos dejó la Dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet.
Todo comenzó con el alzas de las tarifa del sistema público de transporte que entró en vigencia el 6 de octubre del 2019, hecho que agitó a miles de estudiantes organizados a realizar evasiones masivas en distintos puntos del metro de la ciudad de Santiago, acrecentándose el descontento de la población día a día, hasta explotar el viernes 18 de octubre, recibiendo una imposición represiva por parte del ex Ministro del Interior quien interpuso la Ley de seguridad del Estado contra los manifestantes, desatando distintos disturbios y protestas productos de los sueldos mínimos bajos, demostrando la precarización de la vida en Chile, escenario devastador que decantó después de treinta años de resistencia y tensiones enfrentadas a las desigualdades económicas impuestas por un sistema neoliberal que estalló por tensiones generadas por las depredadoras administradoras de fondo de pensiones (AFP), la constitución dejada por Pinochet y un estructura social basada en el consumo de la oferta y la demanda del sistema neoliberal. Violencia y descontento que aumentó al imponer el toque de queda el sábado 19 de octubre por el Presidente Sebastián Piñera.
EL DESNUDO COMO DESOBEDIENCIA SOCIAL.

Spencer Tunick 2002, Santiago de Chile.
La casa de vidrio (1999), fue una de las primeras instalaciones performativas que tensó el espacio público dejando ver los delgados límites entre lo público y lo privado, evidenciando la mirada hetero-patriarcal sobre el cuerpo femenino, sin embargo, años más tarde el 31 de junio del 2002 Spencer Tunick reunió cuatro mil personas en el Parque Forestal, abriendo el campo del cuerpo desnudo en todos los niveles de edad, manifestación que se podría denominar como la primera manifestación masiva y publica de desnudo en Chile, como diría el ex presidente Lagos: “Una verdadera estampida de gente corriendo, brazos en alto (…)”, protesta pacífica o catarsis colectiva que fue tensada por la performance “Baby Vamp” (2002), realizada por Lucía Fernanda Flores Catrileo, acción que consistió en transitar por las calles de Santiago en un total desnudo andar cotidiano, hecho que generó controversia por tener solo 17 años, mostrando de manera oblicua el cuerpo desnudo en doble lectura, en primera instancia al cuerpo desnudo en la festividad propiciada por Tunick, y en una segunda en una doble moral que corre el velo patriarcal de la mirada masculina, frente a la controversia por el cuerpo femenino adolescente y desnudo, cohabitando con discursos morales que empujaron a salir de Chile a Catrileo, reflejando según Jiles “solo el reflejo de una aspiración”.
Por otra parte Pamela Jiles interpeló el espacio público con su intervención del 2009, donde irrumpió afuera de la moneda vestida con traje militar y una chica en bikini, acción que consistió en distintas poses de la chica sentada en las piernas de Jiles, lo que desató el arresto de la chica, evidenciando, una vez más, el consevadurismo frente al desnudo de la primera mitad del siglo XX, cuestionando los espacios permitidos y no permitidos, tensionando lo público de lo privado.
Otras de las acciones que entrecruzaron el cuerpo biográfico de las artistas con el cuerpo social en protesta, fue “Estado de Rebeldía” de la Yeguada Latinoamericana, proyecto creado y dirigido por Cheril Linett, serie de acciones que irrumpieron las protestas callejeras en el mes de octubre, insertando sus cuerpos en micros calcinadas, formando cuadrillas encapuchadas con bengalas, y pintando el suelo con la frase Estado de Rebeldía, para luego posar en figura de corazón con sus traseros al aire alrededor de la frase, tensionando el estado de emergencia impuesto por Sebastián Piñera y su toque de queda, Cheril propicia poner el cuerpo en la lucha social como herramienta política para arremeter en contra de los abusos y la vigilancia ejercida sobre el pueblo Chileno y Latinoamericano, según denotó para una entrevista del Biólogo feminista Jorge Díaz:
“Es nuestro cuerpo el que están reprimiendo, esclavizando, controlando e intentando disciplinar y subordinar, por lo tanto son nuestros cuerpos lo que están hiriendo, abusando, violando, torturando y arrebatándonos al arrebatar vidas. Me parece primordial expresarnos desde nuestros cuerpos que portan nuestra historia, nuestra biografía y experiencia. Adherimos a los petitorios del pueblo y desde la trinchera feminista nos hacemos parte, poniendo el cuerpo a la lucha”
Acciones que con el pasar de los días tomaron fuerza y colectividad, como las realizadas por un otrxs artistas en las jornadas del jueves 24 de octubre en la ciudad de Santiago, protesta que inucitó mayor controversia producto de las acciones llevadas por el colectivo y espacio experimental de performance “DESperformance” grupo de acción de desnudo que nace en 2018 por la necesidad de explorar nuevas formas de expresar y desterritorializar el erotismo de los roles y estereotipos que han estado encasillados por la industria de masas y la mirada falogocéntrica. Bajo esas premisas el grupo comandado por Joaquín leal-Luco y Beatriz Saldaña quien a su vez es directora del Festival de Arte Erótico (FAE), propuso una acción para denunciar la violencia de los desaparecidos, asesinados y torturados en las últimas protestas acaecidas en Chile. DESperformance irrumpió en el espacio público en un acto ritual, levantando sus manos en son de paz, para luego juntarse en el centro y comenzar a gritar cada vez más rápido, agitando sus cuerpos acompañados de los tambores de manifestantes en el lugar, interconectando el territorio como un cuerpo que vive y palpita, acción que prosiguió en una pirámide de cuerpos para levantar un cubo, con la encíclica: “¿quienes son, cuántos más?”, para luego tomarse el monumento en el centro de Plaza Dignidad (ex Plaza Italia), prosiguiendo con una fila humana de cadáveres que iban cayendo uno a uno a los pies del Cerro Santa Lucía, en memoria de los asesinados por el estado. La acción fue titulada por la Radio Cooperativa como “masiva y desnuda protesta en plaza Baquedano” provocando distintas reacciones por parte del gobierno y políticos de derecha como José Antonio Kast quien tildó la performance como “Acto Sexual Colectivo”, además de incitar al odio y la injuria afirmando que existieron menores involucrados en delitos sexuales en la acción, sus aseveraciones evidenciaron el conservadurismo y censura de una acción que no implico ningún acto sexual explicito, sino que solo cuerpos desnudos accionando el legítimo uso de expresión como forma de rebeldía y desobediencia, transmitiendo un mensajes de amor, contención, autocuidado y aceptación en contextos de revuelta social de “(…) cuerpos comunes, diferentes. Todos desnudos siendo parte de una misma figura.”
Según el periodista Hernán Melgarejo. De acuerdo a ello, DESperformance intervino como una acción de protesta que simbolizó la multitud en su unión y descontento, recibiendo: “(…) el apoyo de otros ciudadanos que se encontraban en el sector de Plaza Italia”, según afirmo la radio ADN, multitud que se mimetizó entre la estatua y los integrantes del colectivo, acción que han replicado antes en el Caupolicán y distintos espacios privados y públicos, convocando a distintas cuerpas para evocar a un mar de multitud, una célula, formando por medio de sus cuerpos y movimientos una sola voz en sincronía y armonía.
Por otra parte, una de las performances que impactó al cuerpo desnudo en el espacio público durante la jornada del 24 y muy cerca físicamente de la anterior, fue la acción relámpago pornoterrorista que realizo la banda travesti Las indetectables junto alxs artistas Irina la loca y trabajadoras sexuales como Vesania y José Carlos Enríquez, entre otrxs, quienes intervinieron el frontis de la casa central de la Universidad Católica, desplegando un lienzo con la frase “La Dictadura sexual nunca terminó”, denuncia que buscó denotar los constantes abusos en contra de la población de mujeres cis, transgéneras y trabajadoras sexuales que constantemente son apaleadas en las calles por fuerzas policiales y ciudadanos, además, la intervención denunció las constantes vinculaciones que se realizan entre trabajo sexual y fuerzas armadas al emitir insultos y consignas sexistas que expresan el conservadurismo al momento de enunciar discursos que homologan el trabajo sexual a las fuerzas represivas en gritos como: “Pacos hijos de puta”. En ese sentido la acción fue acompañada de gritos y cánticos mientras las activistas y performistas orinaban la escultura asentada en el frontis de U.C, acción que repetían a la vez que se introducían dilos. Evento que produjo controversia en redes sociales emergiendo frases moralizantes, como esto es “Sodoma y Gomorra”.
Sodoma y gomorra
— Sebastian Vasquez (@sebaleo1991) October 25, 2019
Esto ya no tiene limites. 😥 pic.twitter.com/UNKXwM6UbQ
La acción cita a la manifestación que realizó la performista María Basura junto a un sindicato de trabajadoras sexuales en repudio contra de Piñera en la marcha de la CUT en 2011, donde llevaron la encíclica “Piñera no es Hijo nuestro”. Intervenciones que evidencio la importancia sobre la legislación sobre el trabajo sexual en Chile, derechos que son exigidos por la Fundación Margen (1995), como una ley del trabajo sexual que integre no solo como femicidio el asesinato de madres, esposas y amas de casa, sino, también a las trabajadoras sexuales, además de terminar con la criminalización moral de este y a su vez de exigir un marcos de derecho que protejan a las trabajadoras sexuales. Demandas que vienen expresándose desde los ochenta, como la icónica manifestación de bailarinas de café con piernas que protestaron con bikini en la plaza de armas de la ciudad de Santiago en 1982, para reclamar en contra de las ordenanzas que les prohibía mostrar su cuerpo desnudo en los café con piernas.
Otra de las acciones que buscó denunciar las torturas sexuales realizadas por carabineros en contra de mujeres y disidencias sexuales, fue la performance “Orden y Patria”, realizada el 31 de octubre del 2019, convocada y dirigida por Cheril Linett. Las performistas vestidas de negro marcharon con coronas de flores desde la pérgola de las flores en Recoleta, prosiguiendo a atravesar el centro de Santiago, pasando por puestos populares y la zona colonial, dirigiéndose hasta la escultura que conmemora a carabineros de Chile en el metro Católica. Llegando al lugar, se bajan la ropa interior a media pierna, o dicho de otro modo, dejando sus calzones a media asta, como gesto conmemorativo de rebeldía y protesta en contra de la violencia y la represión político-sexual y, recordemos que la bandera se hizo a media asta en signo de luto por los caídos de un país, en ese sentido el gesto cita a la obra de Carmen Berenguer A Media Asta (1988) y a su vez a la primera acción realizada por las Yeguas del Apocalipsis, con el mismo nombre, en los últimos años de la dictadura civico-militar. Luego, las performistas tomaron lugar frente al monumento para formar una fila horizontal que configuraba la palabra “VIOLADORES”, acción que insistió en recordar que la violencia política sexual se mantuvo como una táctica coercitiva en contra de las mujeres, lesbianas, homosexuales y mujeres trans en dictadura cívico-militar de Pinochet en lugares de tortura como la Venda Sexy, puntualizando que dichas tácticas de coerción no acabaron, sino que están más presentes que nunca con un reporte del INDH de 18 querellas por violencia sexual, siendo parte de 16 acciones judiciales en contra de militares y carabineros.

De esta manera Cheril afirmo para el medio de prensa el arrebato que esta acción emerge en forma “hermanada resistiendo ante la brutalidad del autoritarismo y terrorismo de Estado. Ante el toque de queda, militarización, estado de excepción y cerco mediático que han levantado los medios de comunicación “tradicionales” para respaldar las aberraciones y crímenes del gobierno. “Ante toda represión neoliberal con la yeguada seguimos poniendo la cuerpa en la calle” (Cheril en El Desconcierto 2019).
LA VIOLENCIA CONTRA LAS VIDAS PRECARIAS
La performance “Libertarie” del colectivo Maygara se realizó en la pileta del parque Bustamante, acción que citó la obra de la libertad guiando al pueblo de Eugene Delacroix (1830), escena que simbolizó y reconfiguró al pueblo levantándose en revolución en contra del presidente Sebastián Piñera, escena francesa recreada en una versión local de Maygara, que en palabras de Garreton fue: “un grito a la libertad y a la justicia, un aullido de dolor lamiendo nuestras heridas, un estado que nos reprime, viola y asesina. Invitamos a todes aquellos que quieran expresar, en colectivo un compañerx de creación”(Maygara en instazu)
Convocatoria que nos retrotrae a las manifestaciones multitudinarias realizadas en las revueltas educacionales del 2011, donde se convocó a un Thriller por la educación, donde asistieron miles de jóvenes que conformaron una multitud de Zombis, en este sentido Garreton planteó una Performance que se realizó por medio de una convocatoria multitudinaria de cuerpasque asistieron pintadas de blanco con rojo rememorando el dolor, el miedo y la violencia ejercida en contra de los ciudadanos que fueron víctimas de violencia en las manifestaciones y revueltas sociales. Así lo demostró el instituto nacional de Derechos Humanos quienes recibieron 319 querellas por tortura, querellas que el director Sergio Micco desestimó como atropellos a los Derechos Humanos y no reconocidas por el gobierno de Sebastián Piñera, reacciones que recibieron el cuestionamiento de las agrupaciones de los familiares de los detenidos desaparecidos. Protestas que dejaron muertos, caídos y desaparecidos por distintas partes del país, marcando y acentuando la injusticia y el descontento que activó en la ciudadanía el malestar generalizado por las brechas salariales.
Bajo este contexto, colectivo Maryagara intervino la pileta manchada de rojo como símbolo de la sangre derramada en las protestas, sangre que fue atravesada por los cuerpos sufrientes de los convocados mientras los lamentos se mezclaban con la voz lírica sufriente de Alex June, la performista Grietta corporalizando a la revolución con su cuerpo de blanco cruzó la pileta hasta llegar a su centro para izar una bandera de color morado, feminista, pero también un color que resignifica y transmuta el luto por los activistas y rebeldes asesinados, como un ritual conmemorativo y sufriente por las voces silenciadas, como metáfora de la violencia del estado, o como afirma Szmulewicz:
“la vivencia de los límites impuestos por el Estado en el propio cuerpo y la condición liminal de este muchas veces trasgredida por la violencia, producen un desplazamiento donde las prácticas y representaciones comienzan a referir a cuerpos singulares y desplazarse del eje político ilustrado ideológico hacia un eje si se quiere más concreto y cultural, donde la simple exhibición del cuerpo o la autotrasgresión del mismo eventualmente devienen expresión política” (Szmulewicz,2013:93)
“A veces lo sentía venir, así como el dolor que de pronto se te viene al pecho y no te deja respirar sin saber por qué, hasta que paso, la olla exploto, y la sangre corrió, y el estado sigue impune después de pasar por alto la voz de todo un pueblo clamando nada más que, dignidad, vida justa y libre”(Garreton en Instagram)
Represión y violencia vivida más de quinientos años en el territorio de la Araucanía, en sintonía a la violencia vivida por el pueblo Mapuche y la usurpación de sus tierras, el colectivo artístico feminista Gata Engrifá, realizo una serie de performances e intervenciones donde transitaban con sus cuerpas desnudas y un lienzo negro como signo de extrañamiento, para luego nadar desnudas para dejar flotar sus cuerpos en piletas llenas de sangre en zonas céntricas de Santiago den Chile el lunes 28 de octubre del 2019.
Acciones de protesta artísticas que continuaron el martes 29 de octubre, por parte de un grupo de estudiantes agitados por la profesora y actriz de la Escuela de Teatro de la Universidad Mayor, Maritza Farías, atravesando por más dos horas el centro de Santiago para ejecutar la intervención en contra del Estado asesino. Partiendo desde la Escuela de Teatro en una fila por la calle Santo Domingo, para luego doblar por Estado, siendo 50 personas que caminaron vestidos de blanco, otros vestían de negro con pancartas. Acción que culminó en el Paseo Ahumada con Alameda, donde se ubicaron en una explanada, concretando un círculo gigante. Los estudiantes vestidos de blanco formaron un apilamiento de cuerpos mientras los otros participantes les lanzaron pintura roja, acción que conmemora y denuncia los asesinatos y que para el Estado más que ser ciudadanos, son vistos como cuerpos arrumbados, como objetos desechables, sin valor, sin importancia para las fuerzas militares y policiales que aprovechando el pánico social siguen ocupando las mismas técnicas de coerción y asesinato de la dictadura cívico-militar de Pinochet.
- La violencia vivida por el pueblo pobre que fue relatada por primera vez por el escritorPedro Lemebel, quien habitó el conocido Zanjón de la Guada, afluente que se caracterizó en la historia de Chile por ser un espacio convertido en zona de campamentos, vertedero de basura clandestino donde se instalaban casas hechizas denominadas “Callampas”, lugar que se caracterizó por ser denominado como foco de epidemias, delincuencia y desborde de aguas que inundó y damnificó a multitudes de familias en la primera mitad del siglo XX. Pobreza que la dictadura no solo dejó intacta sino que además apaleo con represión y violencia, utilizando la pasta base como táctica para adormecer las revueltas de jóvenes y pobladores sindicalizados.
“(…) Santiago pertenecen a un nuevo tipo de ciudadanía, construida sobre los fragmentos del proyecto moderno heroico diseminados por sus propias fallas y por la violencia de la dictadura, pero también sobre las identidades emergentes que exceden las categorías de los sujetos políticos “clásicos”; nuevos agentes operando desde las políticas de la precariedad y marginalidad a la sexualidad, de las subculturas juveniles a las nuevas conciencias globales” (Szmulewicz, 2013:95)
De acuerdo a lo expuesto por Szmulewicz, los cuerpos marginados comienzan a levantar la voz desde fines de los 80 hasta la vuelta a la democracia, cuerpos que brotaron con la emergencia de los nuevos movimientos sociales, el feminismo, las disidencias sexuales y los movimientos por la vivienda digna y las agrupaciones de los detenidos desaparecidos. Siendo colectivos como Las Yeguas del apocalipsis compuesto por los escritores Pedro Lemebel Y Francisco Casas o Andrés Pérezquienes rescataron por medio de la performance, El teatro callejero y la protesta, las voces subalternas de travestis, trabajadoras sexuales, homosexuales, vagabundos, pobladores y delincuentes, corriente estética y política que es citada y situada en la revuelta del 2019 por Cultura Errática, colectivo fundado en 2017 por Dimarco Carrasco y Héctor Garrido quienes sitúan sus intervenciones desde la visibilización de los sectores silenciados, según denota Carrasco:
“Nosotros comenzamos a reflexionar sobre los sujetos sociales que están en el borde de la marginalidad, como son las travestis, las trabajadoras sexuales, están en la calle están caminando, o las personas que viven en situación de calle también están en la calle, están marginados y porque también de alguna forma no tienen un lugar fijo, entonces es hacerse cargo de ese lugar, que son los ciudadanos olvidados, despojados del relato de lo que se entiende como Estado Nación”(Carrasco en La Quebrà del Aji.2018).
Unos días antes, el 22 de octubre Cultura Errática utiliza la calle como espacio de dolor, denuncia y memoria en la revuelta social, cuerpas precarizadas que irrumpieron en las inmediaciones de un supermercado en ruinas, para denotar los efectos de la desigualdad no solo económica sino desigualdad al momento de abordar los derechos humanos de los desaparecidos y asesinados en las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales en los saqueos que remecieron las distintas ciudades del país, ocultando los abusos de poder, la violencia fisica, las violaciones, asesinatos y torturas.
Bajo ese contexto donde murieron 11 personas asociadas a las movilizaciones, entre ellas, 10 han aparecido calcinadas en las bodegas de supermercados y tiendas, como Kayser de calle Miraflores 8770 ubicada en la comuna de Renca, encontrando un menor de 17 años con tres balas en su tórax, hechos que hicieron brotar la rabia y la furia de la población por los asesinatos y la desigualdad distributiva que reina en Chile, dejando víctimas menores de edad que no son contempladas como víctimas de violación a los derechos humanos por el gobierno, producto de las vicisitudes de las turbas efervescentes en los saqueos, cuerpos que desaparecieron como cuerpos olvidados y poco importantes para las clases sociales burguesas, demostrando el negacionismo clasista que pone en tela de juicio al gobierno, enmarcado los disturbios como único centro de preocupación, acrecentados por montajes de incendios realizados por carabineros para inculpar a los ciudadanos, según afirmo Héctor Barrios, Fiscal regional Metropolitano sur:
“Muchas estaciones fueron cerradas y custodiadas por Carabineros y militares tras decretarse Estado de Emergencia, por lo que cabe preguntarse ¿Cómo se iniciaron los siniestros?” (Barrios en el Mostrador, 27 de octubre, 2019).
Aseveraciones que fueron engrosadas al encontrar que los lugares que comenzaron los siniestros serian de difícil acceso y que el combustible para comenzar el incendio seria de escasa adquisición, sumado que los metros destruidos afectaban las comunas más vulnerables como; Puente Alto, La Cisterna y el Bosque entre otras de la Zona Sur, sucesos que develaron el montaje realizado por la televisión abierta, el estado y las fuerzas policiales que buscaron instalar una cortina de humo para delictualizar, olvidando la vulnerabilidad social de los contextos de los sucesos acaecidos, con sus discursos en donde predomina el valor de la propiedad privada por sobre la vida de los ciudadanos, accionar que detenta aporofobia al momento de generar fichas de seguimientos a dirigentes sociales, que la institución denominó como “Blanco de interés”, sindicando a las cabezas de las organizaciones sociales, en una cierta sospecha de peligrosidad frente al estado de derecho, es decir, con estas acciones el gobierno de Sebastián Piñera homologa el terrorismo y la delincuencia al mismo nivel de las organizaciones por el derecho a la vivienda, la educación, el cambio de pensiones privadas a un sistema estatal, y las dirigentxs por los derechos trans, o dicho de otro modo, el gobierno de Sebastián Piñera de corte neoconservador deja al descubierto sus políticas discriminatorias, desatendiendo que estos se realizaron en los sectores más vulnerables de distintas comunas, vislumbrando la precariedad y vulnerabilidad que viven los ciudadanos frente al derecho a la vida, girando la percepción actual de democracia vivida por el tejido social, según denota Szmulewicz:
“(…) la idea del cuerpo social no como cualquier cuerpo, sino como cada uno de los cuerpos, implica una cierta condición de precariedad que se relaciona también con un cambio en la percepción y vinculación de estos cuerpos políticos con el espacio de la ciudad” (Szmulewicz, 2013:93).

EN MEMORIA DE TODOS LAS VICTIMAS DE LA REVUELTA DEL 2019.
Artículo por Dimarco Carrasco

Dimarco Carrasco
Nacido en la ciudad de Calama, estudió Licenciatura en educación con mención en Historia y geografia (UPV). Posteriormente realizó un Magister en artes visuales con mención en teoría e historia del arte, ha trabajado como director del archivo/centro de documentación profesor Luis Gauthier del movimiento por la diversidad sexual (MUMS), además fue editor en Siempreviva ediciones, y se ha dedicado a la investigación en derechos humanos de la diversidad sexual, memoria y artes visuales. Actualmente acciona desde el colectivo de arte Cultura Errática y se desempeña como crítico cultural y conferencista en charlas, conversatorios sobre historia y sexualidades críticas.
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